Un iglú o “casa de nieve”, es una vivienda construida de nieve (no de hielo) y asociada comúnmente a los esquimales.
El iglú generalmente se levanta para dar refugio temporal a los cazadores que se adentran en los territorios mas inhóspitos de Alaska o la Antártida y su uso suele ser principalmente nocturno, teniendo una vida útil muy corta.
En una tierra donde la madera y otros elementos son raros de encontrar, el iglú es la alternativa perfecta.
Pero también se construyen los que tienen capacidad para toda una familia, la que tendrá cabida en una sola habitación. Su estructura, semi permanente, por lo que requiere constante mantenimiento.
Por último están los de carácter permanente, mucho más grandes, capaces de albergar hasta 20 personas, donde ya se instalan camas y otro mobiliario, incluso estufas.
Para construir un iglú se cava un hueco (que formará la parte delantera del propio habitáculo, la parte trasera se deja elevada para formar una cama) y a partir de ahí se van colocando bloques de nieve hasta formar una estructura que habitualmente es en forma de cúpula.
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